sábado, 26 de octubre de 2013

Filosofía, algo más que una carrera universitaria que la mayoría cree imprudente estudiar

Filosofía, algo más que una carrera universitaria que la mayoría cree  imprudente estudiar

Rueda Casales Montserrat

Ya en tiempos antiguos es bien sabido que la Filosofía nace en diferentes civilizaciones, de diversas maneras, por supuesto, en cada una, y ya para ese entonces, su propósito era uno muy específico, por medio del conocimiento verdadero y la razón, encontrar la manera de responder a las interrogantes que presentaban toda una problemática, las cuales, (por mencionar la filosofía más influyente hasta nuestros días), la griega,  comenzaban a cuestionarse sobre el origen del humano, apoyándose en sus inicios de la mitología y la creencia de los dioses. Habrán varios personajes que tratarán este tema y así como el de la polis, desde su propio punto de vista, iniciando así el debate y señalando unos a otros qué fallas veían a sus teorías. La figura del filósofo desde sus inicios siempre fue separada de la sociedad, pues su ocupación era distinta a la de los otros, que se encargaban de abastecer a la polis, pero a pesar de ello, éste mismo no siempre tenía porqué alejarse, pues su ocupación finalmente lo retornaba a cuestionarse problemas que veía en su comunidad. Así es como el papel de la filosofía ha estado, incuestionablemente, de la mano con la política.[i]
Considero fundamental mencionar lo antes dicho, pues es aquí como se empieza a vislumbrar la inherencia del papel filosófico en la sociedad, llámese la sociedad que sea, porque como he indicado, la filosofía se sirve de la razón, ésta segunda que a su vez se muestra característica de nuestra especie.
La preocupación filosófica me llega desde los 12 años de edad, y a los 13 me pongo a leer a Nietszche, su obra “El Antricristo”, una lectura que hace una pequeña persona y le comienza a formar una grande inconformidad sobre aspectos normativos, entre ellos, el  de la religión y más aún la imperante en México e impuesta a mí, el Cristianismo. ¿Pero por qué tanta rebeldía a tan corta edad? Yo diría que ésta es natural, la misma psicología lo fundamenta, además de que todos lo sabemos pues lo hemos vivido. Los primeros pasos hacia la adolescencia (la pubertad) marcan una violencia hacia las creencias que se tenían como verdaderas en la infancia.[ii]
A los 12 años, es cuando verdaderamente comienzo a corroborar que algo en el sistema de la sociedad anda mal.
Pues bien ahora, como estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, orgullosamente UNAM, me puedo percatar que esas semillas de inconformidad hace años atrás, comenzaron a crecer, motivándome a estudiar la carrera de Filosofía.
Así que sí, yo diría que la rebeldía debe estar en el espíritu de alguien que aspire a emprender el camino de la filosofía, pues su deber es señalar la verdad y con esto no me refiero a una verdad absoluta, sino a marcar en donde las cosas no están funcionando dentro de los diferentes ámbitos de la sociedad y no sólo remarcar lo que no se esté desempeñando bien, sino que además proponer una solución. Este trabajo, por supuesto que, debe estar bien argumentado y guiado por la razón. Mas no por falacias u otros intentos argumentativos que apelen a las emociones, pues eso no puede ser sostenido. Por esto mismo, déjenme decir que, la filosofía es inagotable, ya sea porque no hay una cultura como única en el globo terráqueo[iii], o porque como he mencionado, la filosofía nos ha acompañado a lo largo de la historia humana. Regresando a la multiculturalidad, queridos lectores: ¡Que no nos vendan la idea de que nos tenemos que subordinar a una cultura como única y verdadera![iv]
Para finalizar, como he estado insinuando, en nuestro sistema social hay un grave malestar que se puede percibir y éste no es propiamente uno, sino diversos malestares.  A lo que me enfocaré será a exponer a esta interrogante: ¿Cómo apelar a que el sistema capitalista nos lleva ferozmente a la destrucción? Para esto, lo tocaré desde el punto de vista de Beatriz Preciado y su Maestro Michel Foucault.




[i] . Ya bien nos explicará la relación que existe entre la filosofía con el origen del hombre racional María Zambrano con su obra El hombre y lo divino. Más especificado en el subcapítulo: La disputa entre la filosofía y la poesía sobre los dioses, p 66
[ii] “Cuando el niño no tiene ningún objeto en qué ocuparse, se aburre, porque no sabe todavía ocuparse de sí mismo. El joven, al contrario, se cansa pronto de los objetos, porque de esos objetos salen para él pensamientos, y él, ante todo, se interesa por sus pensamientos, sus sueños, en lo que espiritualmente le ocupa: su espíritu está ocupado.” Max Stirner, El único y su propiedad, p 10.
[iii] Aquí hago referencia al filósofo Leopoldo Zea con su libro La filosofía americana como filosofía sin más, donde nos habla de la filosofía occidental europea como una autoridad a la que le debemos demostrar, nosotros latinoamericanos que también debemos ser considerados Hombres, y así mismo iniciar una filosofía originada por lo que nuestras propias necesidades históricas nos instruyan.
[iv] Esto nos lo dará a entender el sociólogo Armand Mattelart con su libro “La cultura como empresa multinacional” (donde por cierto en su portada nos pone al héroe nacido en Kriptón, al Gran Superman, que como sabemos mantiene una gran moral, este personaje no por nada lo escogió como portada) y ya también nos redactará su punto de vista el filósofo, filólogo, etc. Nietzsche en “La Genealogía de la moral”.

Bibliografía:
·         Mattelart, Armand, “La cultura como empresa multinacional”, Serie Popular Era, 4ta edición, México, 1983
·         Nietzsche, Friederich, “La genealogía de la moral”, Alianza editorial, 3ra edición, España, 2011
·         Stirner, Max, “El único y su propiedad” www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/1044.pdf
·         Zambrano, María, “El hombre y lo divino”, FEC, 2da edición, México, 2012
·         Zea, Leopoldo, “La filosofia americana como filosofía sin más” http://es.scribd.com/doc/46195281/Leopoldo-Zea-La-filosofia-americana-como-filosofia-sin-mas

La obra de arte con mirada onto-histórica y el porqué del cuadro de Van Gogh

La obra de arte con mirada onto-histórica y el porqué del cuadro de Van Gogh


                                                                                                                   López Capula Fco. Javier 

La pregunta por la esencia de la obra de arte o lo que ésta sea realmente sigue siendo enigmática y árida hoy en día. Y lo seguirá siendo. Lo es más si asumimos que, incluso cuando la pregunta mantiene a oscuras y sin próxima luz, fuera de su meditación crece desbordadamente la producción artística. Si el arte es enigmático se debe a que toda su empresa cuelga de una esencia desconocida todavía y fielmente indeterminada, a no ser que se asuma sin tapujos: “es y punto”. Y así siga brindando trabajo y, por qué no, esperanza. Pareciera que al decir “arte” se menciona un territorio no sujeto a determinaciones, pero que en el fondo se huele algo en extremo determinado y que señala con lujo de detalle lo que es o no arte. ¿Serán acaso los genios de la historia del arte los que dictaminan qué moda impera hoy en la empresa? ¿Será acaso el mentado sistema del capital quien alza su juego de cartas victorioso en la escena del arte cuando se ve a alguien entrar a un museo de renombre por una considerada cuota o ver subastado un “Van Gogh” por millones de euros? En alguna forma. ¿Hasta qué punto uno puede extraer del mundo de farándula y consumista del arte la esencia misma de su inmediatez, es decir, la obra? O en otras palabras: ¿cómo hacer que la obra sea algo más que su colgadura en una mansión para el deleite pretensioso de magnates y vanguardistas? ¿Cómo la posicionamos de tal manera que cumpla un destino esencial para el hombre y no un mero espectáculo? El ensayo de Martin Heidegger, “El origen de la obra de arte” no pensó estas preguntas, pero vinieron a su pensar de acuerdo a la historia del ser, tan íntima para él. En esta historia entra el hombre o Dasein, asimismo la producción filosófica y por añadidura el arte. El clavado hacia la ardua búsqueda del oculto tapón que aclara todo tipo de emerger  fue la misión de Heidegger.      
         El propósito de los siguientes post se centraría, ahora bien, en dos puntos: el primero, tematizar cómo el tema de la obra de arte por parte de Heidegger surge de su meditación onto-histórica del ser, y que no se puede interpretar omitiéndola. Al mismo tiempo, esta tematización ayudaría a esclarecer una duda que dentro del texto heideggeriano a tratar deja sin suelo. Ésta es: ¿qué lugar ocupa ciertamente el cuadro de las botas de Van Gogh dentro de la meditación y por qué tuvo que efectuarse así? Estos dos únicos puntos delimitarían y tratarían de cumplir su meta aquí.
1.- La problemática superficial
“El origen de la obra de arte” apareció en 1949, hace más de setenta años, en Caminos de bosque, tomo cinco de las obras completas. La temática es simple: trata de meditar sobre la fuente de la esencia de la obra de arte: preguntar por la obra de arte es en términos generales preguntar por el arte (a éste debe su nombre la obra). Pero dado que la “realidad” del arte se ejecuta en la obra, la vuelta a la meditación de ésta es nuevamente necesaria. La obra se infiere del arte, pero éste de la obra. Son tres movimientos: se busca la esencia del arte; entonces se busca la esencia de la obra; así se busca la esencia del arte. La pregunta ontológica entonces se da de esta manera: qué es y cómo es la obra.
2.- El trasfondo de esa problemática
        Es bien sabido que la facticidad en Heidegger quiere decir que el mundo llega inmediatamente al pensar, es decir, sin tema-tización. Por esta razón, parecería que el pensador iría a la búsqueda de la esencia de la obra desde la facticidad misma. Y de esta manera, menciona: “las obras de arte son conocidas por todos. Las obras de arquitectura y escultura se encuentran en las plazas públicas, en las iglesias y en las casas. En las colecciones y exposiciones se depositan obras de arte de las más diferentes épocas y pueblos”[1]. El modo de proceder de Heidegger con respecto a la obra viene a ser como cualquier persona, sin necesariamente ser filósofo, la concibe, es decir, inmediatamente u obviada. Y así también inmediatamente, como las obras existen, hay otras cosas existiendo. Aquí está un primer desplazamiento, de la obra a la cosa. También se explica sutilmente por qué el pensador aparentemente recogerá el cuadro de Van Gogh. Dice: “una pintura, por ejemplo, la de Van Gogh que representa un par de zapatos de campesino, vaga de una exposición a otra”[2]. Pareciera que Heidegger no ve la obra del artista holandés con base en cómo la ven los eruditos del arte o bajo el contexto real con la que el pintor la creó. Simple y llanamente la toma como lo que es: una obra que es un par de botas y que por ser famosa de un artista famoso, va y viene de exposición en exposición. La obra, así, es cogida en su facticidad, en su habitualidad. Podemos así señalar que todas las obras tienen un carácter de cosa, es decir, que están subsumidas a lo cósico. Lo cósico de las obras no se desvanece incluso en la vivencia y goce estéticos. Dice Heidegger al respecto: “la piedra está en la arquitectura”[3]. Así, el pensador alemán ya refiere de qué va lo cósico de lo que habla: ¿“la piedra”? En ningún modo, sino lo que hace que la piedra sea piedra, o sea, ente, o sea, el ser. La pregunta por el ser cósico es la pregunta por el ser del ente. ¿Pero por qué Heidegger no se contenta con la filosofía para meditar esta cuestión y recurre también al arte? Esta pregunta propicia que esa habitual facticidad esté implícita y con mayor fuerza en un pensar heideggeriano más originario. En el siguiente post abundaremos sobre esta pregunta.





[1] Heidegger, Martin, Arte y poesía, FCE, México, 2009.p.37
[2] Ídem.
[3] Ídem

Batallas ideológicas del siglo XXI

Batallas ideológicas del siglo XXI
Fernando Granados

El comienzo del Siglo XXI trajo consigo grandes expectativas de cambio político y social junto al fenómeno de la información y la ampliación de políticas que amenazaban la integridad personal y nacional en el mundo. El cambio más violento y de gran alcance ocurrió el 11 de septiembre del 2001 con el derrumbe de las torres gemelas y las consecuencias bélicas en medio oriente que propiciaron efectos adversos en la diplomacia mundial. Los cambios se dejaron sentir con fuerza en la cotidianidad; las ciudadanías espectadoras de estos cambios parecen haber tomado el anzuelo de lo aparente ante la información presentada. El auge de nuevos medios y la ampliación de los existentes  impactaron en las sociedades que fácilmente aceptaron la recepción pasiva de la información oficial. La vida del individuo común cambio de manera importante tras estos eventos emblemáticos.
Está visión de los sucesos es una lectura general en conocimiento de las consecuencias que derivaron en nuestro tiempo. Como individuo de una sociedad contemporánea convivir en este tiempo con un mundo de información es de cierta forma un ambiente ya establecido en la cotidianidad, y por ello, parte de la vida de cualquier persona. . La razón de esta intervención es poner la crítica de los filósofos en primer plano de la visión disidente comprometida, sin ideal romántico, con la verdad. Una convicción nada fácil pero con el ímpetu de exponer una perspectiva distinta de lo que acontece y nos afecta como personas comunes pero que en pocos casos se analiza con la profundidad.
 El sistema político y económico de nuestro país es un ejemplo simple de los cambios mundiales hacia tendencias globales que no parecen preservar la integridad de todas las personas. Concretamente la aparición de organismos internacionales como el FMI, OMC, ONU y el BM son para muchos los pilares de la globalización y control de los países subdesarrollados. La tarea de estos organismos ha sido establecer las reglas mediáticas de intercambio además de regular y sancionar su incumplimiento. El problema radica en la desarticulación de la autonomía no sólo nacional sino individual. Este efecto pasa desapercibido por el trabajo de convencimiento que se promueve como acuerdos en beneficio de la humanidad.
En un análisis de lo cotidiano creo encontrar los datos que ponen en relieve no sólo la información relevante sino la manera en que esta es presentada y articulada como en el caso de la declaración de los derechos humanos por parte de la ONU que en su pretendida universalidad no tiene alcance fuera de la jurisdicción de los países afiliados y que sin embargo parece ser mediadora conveniente en los casos de intervención militar como recientemente en Siria. El pretexto para la incursión es el crimen de lesa humana que está tipificado por este organismo y que a través del consentimiento de otras naciones puede hacer efectivo un ataque al gobierno de este país. Sin embargo, los hechos muestran una manipulación de los rebeldes sirios  e implementación de armas químicas no gubernamentales, por lo que el trabajo de convencimiento tiene que distorsionar la información de manera que quede impuesta la defensa de los derechos humanos dando por supuesto el ataque del gobierno sobre la población civil y la propicia intervención heroica de EUA. Es en esta cotidianidad y no en los altos estratos de gobierno donde la  aceptación o el rechazo pueden propiciar cambios; se gana en este escenario, acorde con la cantidad de adeptos en detrimento de los opositores, las batallas ideológicas.
Para los filósofos contemporáneos es otra la historia de los hechos acontecidos en las últimas dos décadas. En este sentido, a mi parecer la perspectiva de Slavoj Zizek en el comienzo de  En defensa de la intolerancia, puede mostrarnos la manera en la que opera la presentación de la información que al parecer no tiene relevancia sustancial. Zizek sostiene que en lo típico puede encontrarse un atisbo de verdad que subyace a los conceptos que denotan lo típico en su pretendida universalidad, es decir, en su aceptación como lo común. La fuerza de estos movimientos en el contenido tiene un impacto directo en la percepción de las personas sobre el concepto que necesariamente se llena de contenido hegemonizante de la universalidad. Es común que la palabra terrorista en todo caso nos remita a grupos encargados de sembrar el terror en las sociedades con fines políticos extremistas, sin embargo, el análisis de los datos que se nos presentan, tras una debida depuración y ampliación con las versiones no oficiales, pueden darnos un panorama inverso de lo que, a conveniencia de la versión oficial, significa terrorista.
En este sentido, la concepción de los EUA como el estado terrorista por excelencia, puede explicarse por la conveniencia política de sembrar el terror no como los insurgentes árabes sino a través de intervenciones militares de sometimiento que van revestidas de causas justas y defensa. Así lo ve Noam Chomsky en El poder estadounidense y los nuevos mandarines.


La eficacia de estos conceptos según Zizek versa en el modo del esquematismo trascendental kantiano ante la recepción y significación en nuestra experiencia concreta. La noción de terror que provoca la guerra conlleva a verse en una situación similar y por lo tanto mantenerse temeroso de lo que pudieran acarrear nuestras acciones. La ventaja estratégica es clara, el que infunde miedo tiene una ventaja sustancia sobre el que teme y la diplomacia actual tiene este marco desde entonces.

¿Cuánto han contribuido los medios? y ¿qué alternativas se han impulsado para contrarrestar estos efectos? Serán temas tratados en el siguiente post. 

Reflexiones éticas con Aldo Leopold

Reflexiones éticas con Aldo Leopold

Myriam Juárez Martínez

Caminar por la calle y observar a mi alrededor, fue lo que encendió la chispa que motiva esta pequeña intervención. Más específicamente, el hecho de no poder avanzar muchos pasos  sin encontrarme con una envoltura de algún producto (alimenticio o no) tirada en el suelo. No es difícil percatarse de que -tristemente- no hay espacios en la ciudad libres de basura (excepto tal vez los recipientes que deberían contenerla), esto me ha conducido a preguntarme  por qué las personas tienen tan poco interés en asumir tan solo una pequeña parte de su responsabilidad -como los grandes productores de desechos que somos- haciendo lo posible para que la basura se deposite en los lugares apropiados y de esa forma contribuir mínimamente a que se reduzca la contaminación ambiental (que afecta la salud y el curso natural de todo ser vivo e incluso de los factores abióticos de la tierra).
En el presente artículo, intentaré examinar los posibles motivos que pudieran darle respuesta a mi interrogante de la mano del pensamiento de Aldo Leopold en su ensayo La Ética de la Tierra (1949), planteando algunos de los conceptos principales al interior de su propuesta que se presentó como una de las primeras a favor de ampliar las consideraciones morales fuera del círculo de la especie humana[1], y también exponiendo algunos casos actuales que problematizan no sólo a la ética ambiental, sino a la conducta ética en general. Así mismo, éste pequeño escrito pretende motivar la reflexión en un importante problema actual que, a pesar de no hallarse carente de promoción, parece no haberse introducido aún dentro de nuestras inquietudes, al menos, no lo suficiente como para sacudir nuestras consciencias y producir un cambio.
La concepción ética de Leopold y un contraste con la situación actual
Para nuestro autor, la ética tiene su origen en la tendencia a construir modos de cooperación, tendencia que pertenece tanto al individuo como a los grupos. El surgimiento de la ética al interior de estos modos de cooperación, se soporta en la comprensión de que uno como individuo necesariamente forma parte de una comunidad, en la que cada parte es interdependiente una con la otra, en otras palabras, la ética se hace posible cuando se es consciente de que se es una parte necesaria, pero no suficiente para que funcione de manera satisfactoria la totalidad del engranaje comunitario, y también para que funcione debidamente el individuo mismo.
Por lo tanto, Leopold afirma que los límites de aquello que es considerado éticamente por nosotros se van ensanchando en la medida en la que se manifiesta la evolución ecológica –entiéndase el término ecológico como el estudio de los seres vivos, su ambiente, sus relaciones de interacción, entre otras cosas-, es decir en la medida en la que integramos a nuestro conocimiento, más y más datos sobre los seres y las cosas con las que compartimos el mundo. Lógicamente, él considera que el siguiente paso en la ampliación de los límites de la ética –que en su momento aún no se había planteado-, es el de la inclusión de la tierra, los animales y las plantas con las que compartimos el mundo, en los mismos.
Como podemos observar, para Leopold, la ética se funda en el conocimiento y la comprensión de la importancia de nosotros como individuos y de todo y todos los que nos rodean. Y tal como él mismo lo menciona: únicamente llevando a cabo lo anterior, se logra un cambio de prioridades, lealtades, afectos y convicciones intelectuales, y de igual manera, sólo tras este cambio, se logra también un cambio importante de carácter ético, es decir un cambio en nuestras acciones, siendo así –y sólo de ésta manera- auténticamente motivadas por nuestra responsabilidad ética frente a los individuos y/o cosas.
Expondré ahora, dos casos actuales que parecen tener mucho conflicto con ésta concepción de ética que he explicado hasta ahora. El primero es el de Monsanto, un gigante empresarial cuyos productos se hallan en el campo de la química y la biogenética, actualmente, se ocupa principalmente de la producción de semillas genéticamente alteradas y la producción de herbicidas, hechos exclusivamente para el uso en las plantas producidas por éstas semillas. De acuerdo a los datos que circulan en la red, Monsanto ha sido acusado de mentir acerca de la bio-degradación de sus pesticidas (que es menor al 2% al transcurso de 28 días), y también de ocultar la verdad sobre la toxicidad del PCB (Policloruro de Bifenilo) que producía hacía sólo unas décadas, y que dejó -y continúa dejando- víctimas cerca del área donde se hallaba su fábrica, puesto que no sólo es uno de los contaminantes más nocivos para el medio ambiente, sino también para animales y seres humanos, en quienes –se afirma- disminuye la capacidad intelectual. Estos sólo son algunos, de varios escándalos éticos y legales que envuelven a ésta empresa multinacional[2].
Un segundo caso es el problema de los desechos electrónicos en África. Estos desechos llegan desde los países más desarrollados como cargamentos de productos electrónicos de segunda mano, aunque en muchas ocasiones los productos vengan casi inservibles. Los productos funcionales se venden, los muchos que no lo son, son enviados a vertederos, donde los desarman y recolectan las piezas útiles o valiosas como el cobre para re-venderlas. Tanto los desechos como la contaminación del suelo y el agua, son impresionantes por su abundancia; el riesgo que corren los niños y hombres que trabajan en los vertederos, tanto por la exposición a lesiones físicas externas que pueden sufrir durante el desempeño de su trabajo, como por la toxicidad del ambiente donde se encuentran, también resulta estremecedora. Y no son sólo son ellos quienes se encuentran expuestos a éste peligro, sino también cualquier otro ser vivo expuesto a estos contaminantes, que pueden ser desplazados por las lluvias y el cauce de las cuencas de agua. Otro gran problema sobre el problema –como ya habrán notado- se halla en que aún siendo una actividad con consecuencias altamente nocivas, no parece estar en vías de frenarse dado que una parte importante de la población depende económicamente de estos residuos[3]. Ahora, las preguntas: ¿Por qué motivo, a pesar de saber que los aparatos que se venden y envían hacia éste continente, ya no tienen ni valor ni utilidad, se continúan vendiendo y enviando como si lo tuvieran?, ¿Por qué razón, a pesar de conocer la gran contaminación que ocasionan estos desechos, las empresas productoras no se hacen cargo del reciclaje y/o la neutralización de estos elementos?. Podemos hacer preguntas parecidas para el primer caso: ¿Por qué motivo, a pesar de conocer la toxicidad de sus productos, no frenaron la producción de los mismos?, ¿Por qué aún a sabiendas de ello, lo ocultaron por tanto tiempo como les fue posible?
Por lo visto, las respuestas a estas preguntas señalan en la dirección contraria de la concepción ética de Leopold. En estos casos, no logra verse la responsabilidad ética por ningún lado, ni siquiera la que correspondería hacia los seres humanos. Es probable que esto se deba a que, que en estos casos –incluyendo aquella situación que me inquietaba al inicio y que me motivó a realizar ésta investigación-, los ejecutores de estas acciones (o de las no acciones), no tengan conocimiento ni comprensión de lo que está en juego cuando las realizan (o no). También es posible –y mucho menos ingenuo- pensar que tienen el conocimiento, pero no han obtenido la verdadera comprensión del valor que poseen cada uno de los individuos o cosas y sus relaciones, a los cuales ponen en peligro al actuar como lo hacen. Agreguemos una última posibilidad –y con esto no pretendo limitar las respuestas a estas tres, si no sólo decir que es la última que yo voy a aportar por ahora-, pero para ello, retomemos a nuestro autor.
Leopold distingue también, entre aquello que está regulado por la ética y aquello que lo está únicamente por la conveniencia, la diferencia está en las concepciones que se tienen de aquello que está sujeto a las distintas regulaciones: aquello que se rige bajo la ética, es concebido como independiente y reconocido como relevante para el buen funcionamiento de la comunidad; en cambio, aquello que se rige por conveniencia, es visto como propiedad, como objeto a disposición de, como existente para ser sujeto de complacencias del propietario y nada más.[4] Es decir, nuestra última opción, sería admitir el hecho de que los responsables no ven en los demás individuos o cosas, a un ente independiente merecedor de una valoración ética, sino más bien a un algo, muy parecido a una propiedad, de la cual pueden disponer a complacencia.
Tristemente, debo decir que la respuesta que considero más realista es la tercera, es decir, que lo más probable es que no se tengan consideraciones éticas para/con aquellos de la misma especie y mucho menos con aquellos de cualquier otra, por que el pensamiento que lleva a los ejecutores de éstas acciones a realizarlas, consiste en considerarse superior, -y de manera egoísta- creer que sus intereses y conveniencias son las únicas relevantes y por tanto las únicas dignas de ser consideradas, además de considerar no sólo viable, sino necesario el pasar por encima de todo lo demás o de utilizarlo como mera herramienta para poder lograr sus objetivos.
Y ustedes, ¿qué opinan?





[1] Vid. NATURALEZA Y VALOR: Una aproximación  a la ética ambiental / Margarita M. Valdés, compiladora. México, D.F., UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2004. Introducción por Margarita M. Valdés, p. 13.
[2] Véase. Documental: El mundo según Monsanto. Dirección: Marie-Monique Robin. http://www.youtube.com/watch?v=LdIkq6ecQGw
[3] Veáse. Documental: Basura electrónica en África.  http://www.youtube.com/watch?v=HLdAhwL5zYw

[4] Toda la información que se presenta en éste post sobre el pensamiento de Aldo Leopold, puede consultarse en el ensayo: La Ética de la Tierra de Aldo Leopold, presente en la compilación del libro: NATURALEZA Y VALOR: Una aproximación  a la ética ambiental / Margarita M. Valdés, compiladora. México, D.F., UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2004.
La información sobre los casos actuales fue extraída de los videos, cuyos enlaces se encuentran en notas a pie anteriores y también de las siguientes páginas en sus respectivos enlaces:

Heidegger


Heidegger



López Capula Fco. Javier

En los siguientes post se intentará retomar cómo Heidegger pensó la obra de arte. Heidegger es sin duda alguna el último paradigma de la industria filosófica. Hay un antes y un después de él. Se ha puesto casi a la misma atura de Hegel, pero también de Aristóteles. Es el pensador que pone de manifiesto una tarea simple y obviada: pensar el (sentido del) ser. Ésa fue la estrella inacabablemente perseguida durante toda su vida. Este pensamiento, en su fondo, arrojaba que, de hecho, el ser jamás ha sido pensado por la tradición filosófica de forma verdadera y que, en lugar de eso, siempre ha comparecido un ente (diferencia ontológica) que determina y calma ese simple pensamiento; así, por ejemplo, tenemos el  “mundo de las ideas” de platón o el subjectum cartesiano. Este tipo de pensamientos, llamados en su conjunto metafísica, pensará Heidegger que han determinado el destino de la humanidad hasta nuestros días, con la llamada técnica planetaria (Armazón). Todo esto es nombrado, asimismo, el primer comienzo del pensar. Siguiendo sus meditaciones, el pensador alemán dirá que si el ser no ha sido pensado es porque se mantiene sustraído o inasible y así, eventualmente (evento apropiador) se ha esenciado en el pensar y por ende en destino del hombre. De este modo, Heidegger no ha hecho más que radicalizar a Nietzsche con su poética frase “el desierto está creciendo”, vista en el Zaratustra. Como todos sabemos, a esto se le ha llamado desde hace tiempo nihilismo y los estereotipadores del pensar han llamado a la época de este pensamiento post-modernismo. Justamente, soportar y retener (estados de ánimo) este nihilismo que, a fin de cuentas, origina un verdadero pensamiento del ser, debería abrir a su vez otro comienzo del pensar. Este nuevo comienzo posibilitaría una nueva forma de habitar esta tierra, siempre inhóspita, y así el nuevo advenimiento de un nuevo dios, no visto de modo cristiano ni espiritual, sino evocado a simpleza de la relación ser (sustracción)- hombre (pensador de esa sustracción). Por eso, en su entrevista ante el diario die Spiegel, dirá Heidegger: “sólo un dios puede aún salvarnos”. Dadas las anteriores descripciones breves del pensar de Heidegger, es por lo que me resulta interesante y por lo que aquí me surge el interés de trabajarlo. Porque he pensado, sin duda, que el pensamiento del soporte y la retención de la nada (el ser, a fin de cuentas) es de suma importancia para la filosofía de hoy en día, y que sólo posiblemente de esta forma podemos recuperar el asombro frente a lo habitual, pero también frente a lo extraño del mundo, y no quedarnos, como filósofos y no filósofos, en la simple y llana lectura de la historia de la filosofía, que originan un aplanamiento lanzado a una habitual vasta erudición y, sin embargo, vacía. No estoy diciendo que Heidegger sea la única salida, pero sí un buen terreno para comenzar a pensar el asombro del mundo. Por otro lado, si bien de lo que trataré es del modo en que Heidegger ve el arte y por lo tanto algo específico del autor y no un simple resumen de su pensar, muchos de los que lean se quedarán con la misma pregunta de qué demonios está diciendo Heidegger, pero presiento que esto será una forma de invitación a su pensamiento estrictamente hablando y no un conformarse con lo que a medias tintas entiendo del autor. En ese punto, enseñar con lo más complejo me parece una estrategia de interesarse en la filosofía, más que, de sopetón y porrazo, se lea vagamente lo que ha dicho éste o aquél filósofo. Ahora bien, en lo específico, trataré de hacer ver que la noción de obra de arte en Heidegger debe ser vista desde la propia onto-historia y por ende no como un pensamiento favoreciendo a la estética (se verá que pensar estéticamente ya es producto del olvido del ser). Pero también buscaré formular una hipótesis  de qué lugar ocupa, específicamente, el cuadro de las botas de Van Gogh en esta meditación sobre el arte, dado que es una problemática habitual en el estudio heideggeriano. 

Beatriz Preciado, filósofa que vive como enseña el movimiento Queer

Beatriz Preciado, filósofa que vive como enseña el movimiento Queer


Montserrat Rueda Casales

En el año 1970 nace una niña poco común, de procedencia española en la provincia de Burgos, llamada Beatriz Preciado. Eso “poco común”, nunca se le quitó volviéndose filósofa y activista del movimiento Queer. Pero detengámonos un poco, ¿qué significa la palabra “queer”?  La misma Preciado responde de la siguiente manera:
En lengua inglesa, desde su aparición en el siglo XVIII, “queer” servía para nombrar a aquel o aquello que por su condición de inútil, mal hecho, falso o excéntrico ponía en cuestión el buen funcionamiento del juego social. Eran “queer” el tramposo, el ladrón, el borracho, la oveja negra y la manzana podrida pero también todo aquel que por su peculiaridad o por su extrañeza no pudiera ser inmediatamente reconocido como hombre o mujer.[i]
Así que la palabra “queer” no era muy específica, pues abarcaba a un gran conjunto de personas  que podían tener diferentes características. Sin embargo, sólo una cosa los volvía común, tanto la palabra peyorativa, como también su función, la de señalar a quien se considerase raro, diferente, extraño, anormal, inmoral, etc.
Esta palabra cambiará posteriormente de ser peyorativa a ser la que marque la defensa misma a quienes son considerados los anormales e inmorales, pero esta vez tendrá ya más especificidad, pues tiene que ver con la libertad sexual.
Beatriz Preciado no será la primera en exponer esta teoría, alguien anterior a ella es la filósofa Judith Butler, nacida en 1956 de procedencia estadounidense.[ii]
En una entrevista a Preciado en el año 2010, se explican los motivos de su carrera y su forma de vida.
Ella desde temprana edad aspiraba con ser hombre, pues percibía que los hombres eran más libres que las mujeres. Fue educada en una escuela religiosa y a pesar de afirmar esto ante sus maestros, se mostró tolerancia a sus ideas. Después también nos cuenta que no posee fotos de la niñez debido a una malformación en el rostro y a los 18 años, le hacen una operación que era necesaria, pero además estética. En cuanto sale de la cirugía, la gente le hace cumplidos, pues su rostro deja de ser deforme y pasa a ser normal y bello.
Esta experiencia marcó su vida y su modo de pensar, ya que al vivir un cambio de identidad, se muestra al mundo con una imagen más aceptada por la sociedad. Después de esa operación, se percata que no tiene que llevar a cabo su sueño de la niñez, (cambiar de sexo y volverse hombre), puesto que una cosa es cómo ella se ve a sí misma y otra como el mundo la mira y ambas ideas jamás concordarán.
Es ahí donde se percata de esta filosofía foucaultiana donde el cuerpo es normalizado por los aparatos de autoridad, en este caso el médico. Así que decide, no formar parte del juego del sistema normativo, y no se cambia de sexo.[iii]  
Así es como bajo esta teoría, Preciado está a favor del movimiento Queer, donde el sujeto realmente tiene la libertad de ser lo que quiera ser, sin tener que haber alguna norma que lo ate y lo impida. En dicha entrevista, la filósofa menciona lo siguiente:
"[...] Lo que observo en la gente es una tensión aunque sea inconsciente por adecuarse a lo que se supone que es femenino, masculino, a la heterosexualidad o la homosexualidad. Yo también he experimentado la presión homosexual al decir que no soy un tío ni una tía. En la homosexualidad hay restricciones, reglas precisas. La tensión está ahí, la revolución es otra cosa."[iv]





[i] Beatriz Preciado, “Queer”: historia de una palabra
[ii] Para saber más acerca de ésta filósofa, se puede visitar la siguiente página: http://www.egs.edu/faculty/judith-butler/biography/
[iii] Aunque en Testo Yonqui, Beatriz Preciado relata sus experiencias con la testosterona.
[iv] Beatriz Preciado, Entrevista

Bibliografía:
“QUEER”: HISTORIA DE UNA PALABRA por BEATRIZ PRECIADO
http://paroledequeer.blogspot.mx/2012/04/queer-historia-de-una-palabra-por.html

Epicuro

Epicuro

Haydee De Alba Carranza

El filósofo considerado como el último importante de ascendencia ateniense y de cuya filosofía es esta una pequeña reseña, tendiendo siempre hacia el aspecto ético, vivió en el período helenístico, también llamado alejandrino por considerarse la muerte de Alejandro de Macedonia mejor conocido como Alejandro Magno, un hecho importante y un parte aguas en la historia de Atenas. Como ya se mencionó fue de padres atenienses pero la tierra en donde nació en el 341 a.c. no fue la de sus padres sino la isla de Samos. Sin embargo, la tierra ateniense también lo reclamaba como su ciudadano y del 323 a.c., cuando él tenía dieciocho años de edad, al 321 vivió sobre su suelo para cumplir con su servicio militar. Presenció, por tanto, los cambios desfavorables que ocurrieron en la ciudad después de la muerte del monarca macedonio de treinta y tres años en el 323 a.c.
            Dichas transformaciones acabaron con Atenas, sin embargo, se trataba de una crisis que ya había iniciado cuando el pueblo en el 399 temeroso de la actividad filosófica de Sócrates lo había condenado a muerte. La fragmentación de la polis griega continuaría desarrollándose hasta hundirla por completo a finales del siglo IV.
En la primera etapa de la crisis surgiría como respuesta la filosofía platónica, la cual se concentraba, en cuanto a la investigación de la causa de las cosas, en explicaciones metafísicas; y, que en cuanto a problemáticas sociales, en el individuo como integrante importante de la ciudad que debía pretender siempre el beneficio de su ciudad mediante la actividad política. Se daba, pues, la preocupación personal a partir de la social. La epicúrea, en cambio, surgiría después de que la antigua Atenas y su unidad democrática sucumbieran, resultando en cuanto a lo social y a diferencia de la platónica, en la preocupación por el individuo aislado y no ya por el ciudadano perteneciente a la polis.[1] En cuanto a la investigación, por otro lado, se opondría a la idea de mantener la investigación científica como fin último del sabio. En este aspecto cabe señalar que en este período existía siempre por debajo de cualquier pensamiento filosófico la idea del telos, el fin último que debía obedecer y seguir el hombre para llegar a realizarse como tal. Para ello se iba en busca también de una Ley Universal que lo gobernase todo y por lo cual todo pudiera explicarse. En esto último es donde nuestro filósofo se despega un poco diciendo que si bien los dioses existían no tenían injerencia alguna en las acciones y destino del hombre. Éste se hacía a sí mismo y para sí mismo, ya no caía sobre sus hombros todo el peso de la responsabilidad que como ciudadano se había tenido para con la polis.
Según nos refiere Diógenes Laercio[2] Epicuro se habría dedicado a la filosofía desde los 14 años de edad y desde muy joven habría andado en busca de filósofos que aclararan de manera satisfactoria sus preguntas. No encontraría, empero, ninguno que diera al clavo con lo que él pedía, de modo que más tarde él mismo se habría de proclamar autodidacto.
            No obstante que se considerara a sí mismo como tal, se cree que leyó a Demócrito, siendo éste incluso un filósofo importante en la cimentación y construcción de su pensamiento filosófico. De éste recuperaría la teoría atomista la cual afirma que todo está hecho de pequeñas partículas, llevándolo a rechazar la duplicidad de mundos del platonismo, a saber, el terreno y el ideal, postulando en su lugar la realidad sensible como la única existente. De esto se sigue que el único conocimiento verdadero es el proporcionado por los sentidos, y que por tanto el bien ya no será una forma acabada que tenga que descubrirse sino relativa a los placeres humanos. Estos mundos platónicos se hicieron uno solo, inseparables, de modo que el alma también es cuerpo.
En suma, se ve que el epicureísmo de lo que se habría tratado era de dar solución a las crisis personales que habrían sido acarreadas por las fuertes transformaciones de la ciudad ateniense. Así, para Epicuro el filosofar habría sido una urgencia vital que debía atender a los enfermos del alma y proporcionar felicidad a la vida. Más que un teorizar era una actitud para lograr una vida feliz. Este modo de vivir se obtendría mediante el conocimiento de las causas reales de las cosas, pues liberaría de la ignorancia y creencias angustiosas a todo aquel que se ocupara de conocer. Su noción de felicidad consistía precisamente en mantener el alma serena, el ánimo tranquilo (que no es lo mismo que inactividad), es lo que en griego se llamaría ataraxia. Se lograba este estado no ya en el conocimiento último de las cosas como sucedía con Aristóteles, pues este tipo de conocimiento se consideraba como importante dentro de la filosofía epicúrea sólo en tanto que servía para hacer o llevar a quien conoce hacia una vida feliz.
            Por un lado encontramos hedonismo que hace pensar más que en pensamiento riguroso en una suerte de juego, pero por el otro encontramos atomismo que sustenta la actividad hedonista aparentemente sin ningún propósito responsable.
            Finalmente, observamos que las condiciones en las que dicha filosofía se habría desarrollado no se nos presentan del todo extrañas, pues hoy en día las crisis de todo tipo son muy frecuentes. Así que como hizo Epicuro, responder desde su época ante las crisis, sería para nada ocioso y al contrario muy enriquecedor que ahora nosotros también contestáramos reflexionando a partir de lo que vivimos; y la filosofía epicúrea parece que podría darnos luz ante problemas que la humanidad, también en el sentido más apegado al de individualidad, de antaño ha padecido. El hedonismo que alguna vez se afirmó hasta cierto punto como método para llevar una vida de felicidad, parece ahora que se ha desbordado, se le ha llevado a exceder los límites de modo tal que ahora el bienestar y el malestar parecen juntarse en la acción. Se ha desterrado al telos de la vida humana y se ha permanecido con el puro placer.



[1] García Gual, Carlos, Epicuro, alianza, España, 2002. (Col. Biblioteca temática- clásicos de Grecia y Roma, en col. Libro de bolsillo), p. 23.
[2] Diógenes Laercio, “Epicuro” en Vidas de los Filósofos Más Ilustres, Ed. Tomo, México, 2004.

Noam Chomsky, ariete anticapitalista

Noam Chomsky, ariete anticapitalista

7 de diciembre de 1928 (84 años)
Filadelfia, Estados Unidos
Residencia Estados Unidos

Fernando Granados

De los críticos contemporáneos del capitalismo Chomsky es considerado como un ariete anticapitalista, no sólo contra este sistema, sino de todo terrorismo imperialista como el de Israel. Las fuertes críticas de Chomsky a su propia nación lo han colocado como una figura de importancia en la política mundial  sobre todo en las corrientes políticas divergentes de Latinoamérica. Como pensador ha desarrollado una amplia obra con contribuciones en distintas áreas en ciencia y filosofía.
A pesar del activismo político de Chomsky sus aportaciones a esta materia no han sido relevantes en sentido teórico, no así su pensamiento crítico, que ha servido muchas veces como referencia contra las políticas de EUA. Entre los mandatarios que han citado y popularizado la obra de Chomsky resalta Hugo Chávez con la recomendación de Hegemonía o Supervivencia. El dominio mundial de EEUU, en la Asamblea General de la ONU de 2006. Sin embargo, Chomsky dirigió fuertes críticas a las políticas de Chávez incluso tras su muerte, considerando sus acciones represivas como síntoma de una política totalitarista y en todo caso una falta a la democracia venezolana. La postura política de Chomsky defiende el derecho a todo ciudadano a opinar sobre asuntos políticos de manera activa  sin proselitismos convergentes.
Las intervenciones de Chomsky en la política internacional recientemente han destacado, en 2009  con el apoyo al movimiento de la activista española Esther Vivas de la izquierda anticapitalista. Y con la polémica posición ante en sionismo por un lado al censurar las actividades de Israel y por otro por apoyar abiertamente el modelo social kibutz.
El trabajo científico y filosófico de Chomsky está desvinculado de su activismo político pero es de notable importancia la crítica al sistema educativo. Para Chomsky la educación basada únicamente en procedimientos y técnicas dificulta en gran medida el desarrollo de conciencia independiente y crítica. Contra este sistema invita a la deseducación, es decir educación des-educando, cambiando el sistema formal por una perspectiva de educación libre y de seres humanos consientes y críticos. Para Chomsky la crítica de los medios de comunicación y el trato de la información se relaciona a la conciencia crítica de los individuos en el sentido de ser fuerzas reaccionarias y emancipadoras, parte del problema lo vincula al carácter privado de los recursos que financian los principales medios de comunicación.
Chomsky influye considerablemente en  filosofía de la mente y el lenguaje con sus postulados en lingüística y ciencias cognitivas que le han dado un lugar entre los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XX. Parte de su trabajo lingüístico fue demoledor de corrientes divergentes como el conductismo y estructuralismo al demostrar  postulados sobre la existencia de un dispositivo cerebral innato que permite aprender y utilizar el lenguaje de forma casi intuitiva. En conjunto con su trabajo científico sobre el lenguaje y la lingüística, la filosofía de Chomsky contienen un núcleo científico importante y vigente en muchas áreas de conocimiento incluida la computación, esto le ha concedido Doctorado honoris causa en Colombia (2002), Chile (2006) y en México por parte de la UNAM en 2008.
Chomsky como analista político está en una posición formidable entre los pensadores contemporáneos, hecho reconocido por New York Times, su trabajo filosófico y científico lo ha convertido en el autor más citado por la academia estadounidense manifestando la importante vigencia de su pensamiento y con ello funge como una figura pública influyente a nivel mundial. Sin duda se trata de un autor prolífico  y una veta de pensamiento crítico reaccionario en los asuntos contemporáneos.

Obras Clave:
Estructuras sintácticas
Estructura lógica de la teoría lingüística
Aproximación a los principios y parámetros
Programa minimalista
El poder estadounidense y los nuevos mandarines
Los guardianes de la libertad
11/09/2001
Hegemonía o supervivencia: la búsqueda estadounidense del dominio global