Reflexiones éticas con Aldo Leopold
Caminar por la calle y observar a mi alrededor, fue lo que encendió la
chispa que motiva esta pequeña intervención. Más específicamente, el hecho de
no poder avanzar muchos pasos sin
encontrarme con una envoltura de algún producto (alimenticio o no) tirada en el
suelo. No es difícil percatarse de que -tristemente- no hay espacios en la
ciudad libres de basura (excepto tal vez los recipientes que deberían
contenerla), esto me ha conducido a preguntarme
por qué las personas tienen tan poco interés en asumir tan solo una
pequeña parte de su responsabilidad -como los grandes productores de desechos
que somos- haciendo lo posible para que la basura se deposite en los lugares
apropiados y de esa forma contribuir mínimamente a que se reduzca la
contaminación ambiental (que afecta la salud y el curso natural de todo ser
vivo e incluso de los factores abióticos de la tierra).
En el presente artículo, intentaré examinar
los posibles motivos que pudieran darle respuesta a mi interrogante de la mano
del pensamiento de Aldo Leopold en su ensayo La Ética de la Tierra (1949), planteando algunos de los conceptos
principales al interior de su propuesta que se presentó como una de las
primeras a favor de ampliar las consideraciones morales fuera del círculo de la
especie humana[1],
y también exponiendo algunos casos actuales que problematizan no sólo a la
ética ambiental, sino a la conducta ética en general. Así mismo, éste pequeño escrito
pretende motivar la reflexión en un importante problema actual que, a pesar de
no hallarse carente de promoción, parece no haberse introducido aún dentro de nuestras
inquietudes, al menos, no lo suficiente como para sacudir nuestras consciencias
y producir un cambio.
La concepción ética de Leopold y un
contraste con la situación actual
Para nuestro autor, la ética tiene su
origen en la tendencia a construir modos de cooperación, tendencia que
pertenece tanto al individuo como a los grupos. El surgimiento de la ética al
interior de estos modos de cooperación, se soporta en la comprensión de que uno
como individuo necesariamente forma parte de una comunidad, en la que cada
parte es interdependiente una con la otra, en otras palabras, la ética se hace
posible cuando se es consciente de que se es una parte necesaria, pero no
suficiente para que funcione de manera satisfactoria la totalidad del engranaje
comunitario, y también para que funcione debidamente el individuo mismo.
Por lo tanto, Leopold afirma que los
límites de aquello que es considerado éticamente por nosotros se van
ensanchando en la medida en la que se manifiesta la evolución ecológica –entiéndase el término ecológico como el
estudio de los seres vivos, su ambiente, sus relaciones de interacción, entre
otras cosas-, es decir en la medida en la que integramos a nuestro
conocimiento, más y más datos sobre los seres y las cosas con las que
compartimos el mundo. Lógicamente, él considera que el siguiente paso en la
ampliación de los límites de la ética –que en su momento aún no se había
planteado-, es el de la inclusión de la tierra, los animales y las plantas con
las que compartimos el mundo, en los mismos.
Como podemos observar, para Leopold,
la ética se funda en el conocimiento y la comprensión de la importancia de
nosotros como individuos y de todo y todos los que nos rodean. Y tal como él
mismo lo menciona: únicamente llevando a cabo lo anterior, se logra un cambio
de prioridades, lealtades, afectos y convicciones intelectuales, y de igual
manera, sólo tras este cambio, se logra también un cambio importante de
carácter ético, es decir un cambio en nuestras acciones, siendo así –y sólo de
ésta manera- auténticamente motivadas por nuestra responsabilidad ética frente
a los individuos y/o cosas.
Expondré ahora, dos casos actuales
que parecen tener mucho conflicto con ésta concepción de ética que he explicado
hasta ahora. El primero es el de Monsanto, un gigante empresarial cuyos
productos se hallan en el campo de la química y la biogenética, actualmente, se
ocupa principalmente de la producción de semillas genéticamente alteradas y la
producción de herbicidas, hechos exclusivamente para el uso en las plantas
producidas por éstas semillas. De acuerdo a los datos que circulan en la red,
Monsanto ha sido acusado de mentir acerca de la bio-degradación de sus
pesticidas (que es menor al 2% al transcurso de 28 días), y también de ocultar
la verdad sobre la toxicidad del PCB (Policloruro de Bifenilo) que producía
hacía sólo unas décadas, y que dejó -y continúa dejando- víctimas cerca del
área donde se hallaba su fábrica, puesto que no sólo es uno de los
contaminantes más nocivos para el medio ambiente, sino también para animales y
seres humanos, en quienes –se afirma- disminuye la capacidad intelectual. Estos
sólo son algunos, de varios escándalos éticos y legales que envuelven a ésta
empresa multinacional[2].
Un segundo caso es el problema de los
desechos electrónicos en África. Estos desechos llegan desde los países más
desarrollados como cargamentos de productos electrónicos de segunda mano,
aunque en muchas ocasiones los productos vengan casi inservibles. Los productos
funcionales se venden, los muchos que no lo son, son enviados a vertederos,
donde los desarman y recolectan las piezas útiles o valiosas como el cobre para
re-venderlas. Tanto los desechos como la contaminación del suelo y el agua, son
impresionantes por su abundancia; el riesgo que corren los niños y hombres que
trabajan en los vertederos, tanto por la exposición a lesiones físicas externas
que pueden sufrir durante el desempeño de su trabajo, como por la toxicidad del
ambiente donde se encuentran, también resulta estremecedora. Y no son sólo son
ellos quienes se encuentran expuestos a éste peligro, sino también cualquier
otro ser vivo expuesto a estos contaminantes, que pueden ser desplazados por
las lluvias y el cauce de las cuencas de agua. Otro gran problema sobre el
problema –como ya habrán notado- se halla en que aún siendo una actividad con
consecuencias altamente nocivas, no parece estar en vías de frenarse dado que
una parte importante de la población depende económicamente de estos residuos[3].
Ahora, las preguntas: ¿Por qué motivo, a pesar de saber que los aparatos que se
venden y envían hacia éste continente, ya no tienen ni valor ni utilidad, se
continúan vendiendo y enviando como si lo tuvieran?, ¿Por qué razón, a pesar de
conocer la gran contaminación que ocasionan estos desechos, las empresas
productoras no se hacen cargo del reciclaje y/o la neutralización de estos
elementos?. Podemos hacer preguntas parecidas para el primer caso: ¿Por qué
motivo, a pesar de conocer la toxicidad de sus productos, no frenaron la
producción de los mismos?, ¿Por qué aún a sabiendas de ello, lo ocultaron por
tanto tiempo como les fue posible?
Por lo visto, las respuestas a estas
preguntas señalan en la dirección contraria de la concepción ética de Leopold. En
estos casos, no logra verse la responsabilidad ética por ningún lado, ni
siquiera la que correspondería hacia los seres humanos. Es probable que esto se
deba a que, que en estos casos –incluyendo aquella situación que me inquietaba
al inicio y que me motivó a realizar ésta investigación-, los ejecutores de estas
acciones (o de las no acciones), no tengan conocimiento ni comprensión de lo
que está en juego cuando las realizan (o no). También es posible –y mucho menos
ingenuo- pensar que tienen el conocimiento, pero no han obtenido la verdadera
comprensión del valor que poseen cada uno de los individuos o cosas y sus
relaciones, a los cuales ponen en peligro al actuar como lo hacen. Agreguemos
una última posibilidad –y con esto no pretendo limitar las respuestas a estas
tres, si no sólo decir que es la última que yo voy a aportar por ahora-, pero
para ello, retomemos a nuestro autor.
Leopold distingue también, entre
aquello que está regulado por la ética y aquello que lo está únicamente por la
conveniencia, la diferencia está en las concepciones que se tienen de aquello
que está sujeto a las distintas regulaciones: aquello que se rige bajo la
ética, es concebido como independiente y reconocido como relevante para el buen
funcionamiento de la comunidad; en cambio, aquello que se rige por
conveniencia, es visto como propiedad, como objeto a disposición de, como
existente para ser sujeto de complacencias del propietario y nada más.[4]
Es decir, nuestra última opción, sería admitir el hecho de que los responsables
no ven en los demás individuos o cosas, a un ente independiente merecedor de
una valoración ética, sino más bien a un algo, muy parecido a una propiedad, de
la cual pueden disponer a complacencia.
Tristemente, debo decir que la
respuesta que considero más realista es la tercera, es decir, que lo más
probable es que no se tengan consideraciones éticas para/con aquellos de la
misma especie y mucho menos con aquellos de cualquier otra, por que el
pensamiento que lleva a los ejecutores de éstas acciones a realizarlas,
consiste en considerarse superior, -y de manera egoísta- creer que sus
intereses y conveniencias son las únicas relevantes y por tanto las únicas
dignas de ser consideradas, además de considerar no sólo viable, sino necesario
el pasar por encima de todo lo demás o de utilizarlo como mera herramienta para
poder lograr sus objetivos.
Y ustedes, ¿qué opinan?
[1]
Vid. NATURALEZA Y VALOR: Una aproximación
a la ética ambiental / Margarita M. Valdés, compiladora. México, D.F.,
UNAM, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2004. Introducción por
Margarita M. Valdés, p. 13.
[2]
Véase. Documental: El mundo según Monsanto. Dirección:
Marie-Monique Robin. http://www.youtube.com/watch?v=LdIkq6ecQGw
[4]
Toda la información que se presenta en éste post sobre el pensamiento de Aldo
Leopold, puede consultarse en el ensayo: La
Ética de la Tierra de Aldo Leopold, presente en la compilación del libro:
NATURALEZA Y VALOR: Una aproximación a
la ética ambiental / Margarita M. Valdés, compiladora. México, D.F., UNAM,
Instituto de Investigaciones Filosóficas, 2004.
La información sobre los casos actuales fue extraída
de los videos, cuyos enlaces se encuentran en notas a pie anteriores y también
de las siguientes páginas en sus respectivos enlaces:
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